Los ácaros son pequeños animales microscópicos que viven principalmente en las camas, peluches, sillones o almohadas, y se caracterizan por ser los causantes del 50 por ciento de las alergias así como de otros padecimientos.
Además de las alergias, existen clases de ácaros que provocan acné y espinillas, los cuales viven en el rostro, pecho, espalda, cuero cabelludo alopécico y otras áreas.
Los ciclos de vida de los ácaros duran entre dos y tres meses, pero cuando mueren, se descomponen y liberan sus heces dentro de los folículos capilares o las glándulas sebáceas, provocando la aparición del acné y aunque la mayoría de las personas son asintomáticas, cuando se produce una sobreabundancia de Demodex, se pueden tener complicaciones dermatológicas crónicas.
¿Cómo me doy cuenta que mi colchón me causa estos males?
Fíjese en los síntomas: si al acostarse sufre incremento de la tos o tiene respiración ruidosa, hay que revisar el colchón; puede ser la causa. También pueden experimentar aumento en la cantidad de moco, nariz tapada, estornudadera en la noche y rasquiña nasal.
El mal crónico comienza con un enrojecimiento en la parte central de la cara, mejillas, nariz o frente, que puede agravarse hasta dilatar los vasos sanguíneos de la piel provocando granos e incluso pústulas que arden, pican o queman. Si hay enrojecimiento de los ojos, rasquiña o ardor, los ácaros pueden estar causando conjuntivitis, también dermatitis si el afectado presenta brotes, salpullido y picazón, principalmente en los pliegues, el cuello o la cara.
Para combatir este problema, es necesario acudir con un experto en dermatología qué indicará el mejor tratamiento, aunque es importante saber que la recomendación es atacar el problema de raíz, limpiar colchones, alfombras, muebles cada 6-12 meses para evitar que hayan grandes cantidades de acaros.
Estos bichos microscópicos se alimentan de la piel que se descama del cuerpo normalmente. Y si hay comida, ellos proliferan. El cuerpo elimina líquidos por el sudor y otros fluidos; esta humedad, sumada al calor corporal, convierte al colchón en un medio ideal de crecimiento para los ácaros. Los que habitan en los colchones, sillones, alfombras y peluches no causan infecciones, pero su materia fecal causa enfermedades alérgicas. Además de las alergias, existen tipos de ácaros que provocan acné y espinillas, los cuales viven en el rostro, pecho, espalda, cuero cabelludo alopécico y otras áreas.
Un colchón de más de 2 a 3 años puede contener entre 1-2 millones de ácaros por centímetro. Quienes los usan pueden desarrollar acné, salpullido, asma bronquial, rinitis y sinusitis alérgica, conjuntivitis y dermatitis atópica, entre otros males.
Los ciclos de vida de los ácaros duran entre dos y tres meses, pero cuando mueren, se descomponen y liberan sus heces dentro de los folículos capilares o las glándulas sebáceas, provocando la aparición del acné y aunque la mayoría de las personas son asintomáticas, cuando se produce una sobreabundancia de acaros, se pueden tener complicaciones dermatológicas crónicas.
¿Es malo que mi mascota se suba a mí colchón?
La piel de los animales de pelo se descama mucho más rápido que la del hombre, lo que trae más ácaros al colchón. Lo mejor es comprarle una linda camita y que duerma fuera de los cuartos, así proteste unos días.
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